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Invierno nuclear y oscuridad total en el planeta con armas nucleares


Tal vez parece una fantasía referirnos al invierno nuclear o quizá se puede abordar este tema en una película de ciencia ficción, pero la realidad es que si ocurriera en nuestro planeta, el efecto sería devastador. En opinión del académico Epifanio Cruz, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM, señala que actualmente varios países poseen armas de este tipo y si alguno de ellos decide atacar a una nación mediante bombas atómicas o de hidrógeno, seguramente otros países responderían de la misma forma y así tendríamos una oscuridad total en nuestro planeta.

Un invierno de este tipo podría generarse con cerca de tres a cinco megatones, una cifra pequeña que podemos comparar con casi un quinto de la potencia atómica que hay en el mundo.


De acuerdo con cálculos, si se arrojan 600 bombas entre los cinco países bélicos (Estados Unidos, Rusia, China, Israel e India) unos mil millones de personas morirían de esa manera y dos mil 200 bombas serían suficientes para acabar con la especie humana.

Cuando un arma de este tipo explota, sus millones de partículas, que son muy finas, vuelan a la atmósfera, luego a la estratósfera y tendría como efecto una capa de aislamiento térmico. En casos extremos cubriría toda la Tierra. De esa forma podría ocurrir el tan temido invierno nuclear, en el que tendríamos un mundo de sombra y oscuridad, porque no entrarían los rayos del sol, la temperatura bajaría extremadamente y no habría veranos o primaveras, explicó el investigador universitario.

Se contaminarían lagos, ríos, medio ambiente; las plantas no harían la fotosíntesis. En consecuencia, habría mortandad de las especies vegetales, la cadena de vida se afectaría y así morirían lentamente todos los seres vivos. Sería una penumbra casi eterna que podría extenderse decenas de años. Si es que existieran sobrevivientes, la radiación sería tan intensa que sufrirían quemaduras en la piel y tendrían una muerte muy lenta a lo largo de los años.

Se estima que el peor efecto no sería de fallecimientos instantáneos, sino el deceso de mil millones de personas posterior al lanzamiento de las bombas. En un escenario de ataque nuclear se liberaría tanto polvo y ceniza en la atmósfera que sería imposible en pocos años regresar a la normalidad.

En conclusión, el invierno nuclear es una teoría que se ha analizado con modelos matemáticos y físicos considerando aspectos biológicos y químicos, lo que nos da una pauta de qué tan grave sería la magnitud de la tragedia.

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